Sita en la Plaza de España, en el centro de la localidad, fue declarada monumento histórico-artístico en el año 1985. En sus comienzos fue iglesia conventual de los dominicos y actualmente está consagrada a Santo Domingo. Aunque se desconoce la fecha exacta de su construcción, se cree que fue fundada a principios del siglo XVI por doña Teresa de Guzmán, duquesa de Béjar. Probablemente fuera construida sobre una edificación anterior. De su fábrica original, de estilo mudéjar, calificada la iglesia de arcada con alfiz, apenas quedan restos como consecuencia de las distintas restauraciones que ha sufrido. Destaca por su monumentalidad la puerta de poniente, donde combina magistralmente el mudéjar y el barroco. La espadaña, destruida por el terremoto de Lisboa, fue construida en 1779, según consta la inscripción se acabó año de 1779 siguiendo los cánones arquitectónicos predominantes. El campanario consta de tres cuerpos. El primero con tres arcos carpaneles, sin campanas. El segundo y tercero con arcos de medio punto entre pilastras toscanas, provistos de campanas y rematado por un diminuto chapitel. Sus otras dos fachadas se caracterizan por la sencillez de sus líneas. La iglesia, de planta rectangular y con tres naves, totalmente exenta, sigue la inclinación litúrgica tradicional oeste-este. Las cubiertas ofrecen soluciones que son todo un catálogo de arquitectura tardo medieval y moderna, destacando los motivos geométricos que siguen los modelos del bajo renacimiento. Las tres naves lucen bóvedas de arista apuntada, construidas después de que los originales techos de madera se derrumbaran en 1946. La nave central, de mayor altura y anchura que las laterales, está rematada con ábside de cabecera plana. La actual capilla sacramental está consagrada a la Virgen de La Bella, patrona de Lepe, que preside la nave del Evangelio. Es de planta cuadrada cerrada con una reja en hierro forjado del siglo XVII, cubierta con bóveda de arista con decoración geométrica. Su retablo, destruido durante la Guerra Civil, procedía del antiguo convento franciscano, situado en las inmediaciones del Terrón. De él sólo se han conservado las columnas salomónicas que enmarcan el arco central y el camarín de estilo rococó. En las calles laterales aparecen sendas hornacinas con esculturas del Sagrado Corazón de Jesús y San Roque, patrón de la ciudad, ésta última fechada en torno a 1600. La capilla absidial derecha, de fábrica mudéjar, está cubierta por bóveda ochavada sobre trompas y con cancela de hierro forjado. Preside el retablo del Nazareno, la talla es obra de José Navas-Parejo y a la derecha se encuentra el altar de la Piedad, talla de gran belleza que procede del desaparecido convento de monjas dominicas. Es una obra anónima de la escuela sevillana del siglo XVII. En las capillas laterales destacan las imágenes del Niño Jesús, de la escuela de Martínez Montañés, procedente también del convento de la Piedad o la Esperanza del XVII. La capilla mayor tiene planta cuadrada y está cubierta por bóveda semiesférica sobre pechinas. El retablo del altar mayor, de finales del siglo XVII, procedente del desaparecido convento de la Piedad, es de madera dorada y policromada de un cuerpo con tres calles. En su interior aparecen las esculturas de Santo Domingo, del siglo XVI y titular de la Iglesia, San Juan Evangelista, de la segunda mitad del siglo XVI, y San Cayetano.
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