La Romería en honor de Ntra. Sra . de la Bella destaca por ser una celebración genuina con más de medio siglo de historia y considerada la tercera en importancia en la región. Congrega a miles de personas en torno al segundo fin de semana de mayo, cuando las calles de Lepe se engalanan con su tradicional cielo de papelillos azules y blancos y el recinto romero junto a El Terrón acoge esplendoroso a romeros y visitantes. Se trata de una festividad al más puro estilo andaluz, donde se lucen los trajes típicos romeros y el cante y el baile por sevillanas hacen aflorar la alegría en las calles.
La historia de la Romería nace en 1966, cuando unn grupo de jóvenes de Acción Católica, a instancia del sacerdote don Manuel Gómez, organizaron una gira campestre al lugar conocido como Cabezo de la Bella, aledaño a las ruinas del antiguo convento franciscano. Desde entonces fue creciendo en tradición y popularidad hasta convertirse en la multitudinaria celebración de nuestros días y que viene a refrendar un sentimiento que nació en el siglo XV, cuando se produjo el hallazgo de la Virgen de la Bella, que con su posterior llegada a Lepe siglos más tarde, quedó para siempre vinculada al municipio.
Los actos centrales comienzan en la tarde del viernes con la multitudinaria Ofrenda de Flores. Amanece el sábado y los tamborileros invaden las calles con su toque recordando que, por la tarde, comienza el camino hacia el recinto romero, con la emocionante parada en la Cruz Primera, donde se canta la Salve ala Virgen. Llegada la noche, la Virgen entra en su ermita y allí se hace la Puja del Pendón, insigina que representa a la Patrona. La noche transcurre con las velás a la Virgen para que nunca esté sola. Entre los cultos religiosos destaca el Santo Rosario el domingo por la noche, con su espiritual recorrido a la luz de las antorchas.
Rodeando las ruinas del antiguo convento se ha levantado un espléndido recinto de gran vistosidad y con amplias zonas verdes con los característicos olivos e higueras y con multitud de casetas y casas que siguen los modelos de construcción típicos romeros. En este entorno se dan cita, durante los días de la Romería, más de cien mil personas. Las jornadas transcurren en un ambiente de convivencia entre vecinos y visitantes, siempre amenizadas con los cantes y bailes propios de nuestra tierra y todo ello acompañado con el buen comer y beber.
El fin de semana siguiente, los fieles llevan el Estandarte de la Virgen al recinto donde será custodiado hasta el inicio de la siguiente romería. Esta celebración se conoce como Romería Chica, que bien podría competir en ambiente festivo y participación popular con cualquier otra romería del entorno.
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