Este zampuzo abrió sus puertas por primera vez en el año 1984 y permaneció con actividad hasta 1997, todo este periodo bajo el nombre de El Pistolero, apodo con el que se conocía popularmente al suegro del actual dueño. La reapertura del local, sito en la calle Encarnación de Lepe, tuvo lugar en abril de 2012, cuando Juan Romera decidió volver a abrir el negocio y lo bautizó con su propio apellido. En referencia a las características del establecimiento, este zampuzo es el más amplio de todos en cuanto a espacio se refiere y cuenta con una cocina y dos barbacoas a disposición de sus clientes. Precisamente, se puede definir como muy variada la clientela que frecuenta este zampuzo, puesto que diariamente acostumbran a ir personas de mayor edad y, de manera puntual, en sus instalaciones se reúnen jóvenes de la localidad para sus encuentros entre amigos.
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